DESAPARICIÓN DEL ÚLTIMO GLACIAR DE VENEZUELA: UN ADIÓS A LAS NIEVES ETERNAS

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«Nos da mucha tristeza porque Mérida siempre ha sido la Ciudad de las Nieves Eternas». Con estas palabras, Luis Daniel Llambi, investigador de la Universidad de los Andes, expresó el sentimiento de pérdida que embarga a la comunidad científica y a los habitantes de Mérida ante la desaparición del glaciar Humboldt, el último de Venezuela.

Es oficial, Venezuela se ha convertido en el primer país de la era moderna en perder todos sus glaciares, confirmaron recientes informes del centro Copernicus. Este triste hito ambiental, señalado como un claro resultado del cambio climático, podría ser un presagio para otros países que enfrentan situaciones similares. El proceso de pérdida glaciar en Venezuela ha sido progresivo y alarmante. A principios del siglo XX, el país contaba con seis glaciares que cubrían una extensión de aproximadamente 2 mil kilómetros cuadrados, sin embargo, debido al calentamiento global, estas masas de hielo han ido desapareciendo gradualmente, dejando solo algunas manchas blancas aisladas que ya no cumplen con los criterios para ser consideradas glaciares.

A principios de mayo, la Iniciativa Internacional sobre el Clima Criosférico (ICCI) anunció en la red social X (anteriormente conocida como Twitter) que el glaciar Humboldt, ubicado en la cordillera de Mérida, se había vuelto «demasiado pequeño para ser clasificado como glaciar». Esta noticia confirmó los temores de muchos científicos que durante años habían monitoreado su progresivo derretimiento.

El último glaciar en Venezuela, conocido como La Corona, ubicado en el pico Humboldt, ha sido reclasificado como un simple campo de hielo debido a su drástica reducción en tamaño. Antes cubría una superficie de 4.5 kilómetros cuadrados, pero en la actualidad apenas alcanza los 20,000 metros cuadrados, lo que representa solo el 0.4% de su tamaño original.

Los esfuerzos para salvar el glaciar mediante la instalación de una malla térmica de polipropileno resultaron en fracaso. A pesar de estos intentos, la cobertura glaciar de Venezuela se ha reducido en un 98% entre los años 1953 y 2019, con un rápido retroceso especialmente notable desde 1998 y un pico del 17% de retroceso anual a partir de 2016.

Llambi y su equipo realizaron varias expediciones en 2019, constatando que el glaciar medía entonces cuatro hectáreas. En su última visita en diciembre de 2023, quedaban menos de dos hectáreas, indicando que entre 2019 y 2023, el glaciar perdió el 50% de su superficie.

El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) establece que un tamaño mínimo aceptado para que una masa de hielo sea considerada un glaciar es de alrededor de 10 hectáreas. 

La desaparición del glaciar Humboldt es un reflejo de lo que podría suceder en otros países andinos como Colombia y Ecuador. Los científicos predicen que para 2050, ambos países podrían quedarse sin glaciares debido al aumento de las temperaturas.

Llambi subraya que el cambio climático está acabando con la nieve en Mérida, una ciudad que por mucho tiempo fue conocida como la Ciudad de las Nieves Eternas. La pérdida de este glaciar no sólo es un golpe para la comunidad científica sino también un recordatorio de la urgente necesidad de combatir el cambio climático a nivel global.

La UNESCO estima que en menos de 30 años desaparecerán 460 glaciares incluidos en zonas declaradas Patrimonio Mundial, con consecuencias desastrosas para el medio ambiente y las comunidades que dependen de ellos. Así, mientras el glaciar Humboldt se disuelve en la historia, la comunidad de Mérida se enfrenta a un futuro sin las «Nieves Eternas» que definieron su identidad y paisaje durante más de un siglo.